Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en la https://nanniepups869674.rimmablog.com/37387304/por-qué-materazzi-provocó-a-zidane